Pedro Sánchez hizo este miércoles una cerrada defensa de las mascarillas como «herramienta eficaz» para prevenir el coronavirus, sobre todo porque la variante ómicron es altamente contagiosa, pero le faltó claridad a la hora de exponer las salvedades a la norma que entrará en vigor a partid del viernes. En la rueda de prensa posterior a la Conferencia de Presidentes celebrada este miércoles desde el Senado, Sánchez explicó que la obligatoriedad de la mascarilla al aire libre será temporal y aseguró que la medida ha sido reclamada por una «amplísima mayoría» de los presidentes autonómicos.
Eso sí, matizó que habrá excepciones al uso obligatorio en espacios abiertos, porque dentro de lo «razonable» y «racional» no hará falta llevar mascarillas al hacer deporte o cuando una persona esté «en el campo o en un espacio natural» o esté paseando solo o acompañado de alguien a una distancia «prudencial» de 1,5 metros. Varios periodistas le hicieron saber que la norma actual recoge esas mismas excepciones.
Este jueves ha sido la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la que ha explicado que las excepciones a la obligación del uso de mascarilla al aire libre son durante la práctica de deportes, en los espacios naturales y cuando haya distancia interpersonal de 1.5 metros. Para intentar clarificar la nueva situación, Darias ha expuesto: «Si tú estás en una ciudad y sales a hacer deporte, estás excepcionado de llevar la mascarilla. En la playa, en campo con 1,5 metros de distancia, también. En una ciudad o pueblo en su plaza, sí tendrás que llevarla».
«Ahora, cada vez que salgas a la calle tendrás que hacerlo con la mascarilla puesta, salvo en espacio natural o cuando se practique el deporte libre. Antes se permitía que estando en espacio exterior no la llevaras, si mantenías distancia. Pero estamos en una época del año de incremento de interacción y circulación», ha recordado la ministra de Sanidad.
Críticas de los expertos a una medida «cosmética»
La mayoría de los expertos han reconocido que la obligación de volver a llevar mascarilla en exteriores, que dejó de ser tal hace seis meses, carece de sentido y, además, no estaba contemplada en el documento de la Ponencia de Alertas que el jefe del Ejecutivo llevaba a la Conferencia de Presidentes. Algunos han llegado a calificar esta medida de «cosmética e inútil». «La imagen que ofrecen Gobierno y autonomías de pachanga y mercadeo al margen de la ciencia es desesperante», critican desde el Sindicato Médico de Navarra, una de las siete comunidades que había pedido al presidente volver a utilizar la medida para atajar la sexta ola.
El epidemiólogo Manuel Franco, profesor de la Universidad de Alcalá (Madrid), se ha mostrado contundente en unas declaraciones realizadas a El Periódico de España: «Es una medida más política que realmente epidemiológica o científica. El problema no está en el exterior, está en los interiores y esto está ya super estudiado. Sabemos que, en un interior mal ventilado y con mucha gente durante mucho tiempo, hay un riesgo hasta 20 veces superior de contagiarte». Hoy, insiste cuando habla con este diario: «Es inútil».
La medida ha causado mayor sorpresa porque entre las propuestas de la Ponencia de Alertas, Planes de Preparación y Respuesta no se mencionaba la vuelta de la obligatoriedad de las mascarillas. Es más, el texto incide en otro aspecto: las restricciones afectaban principalmente a la hostelería. Los locales, según lo que recomendaba la Ponencia de Alertas, debían reducir su aforo en el interior a la mitad e impedir que hubiera más de seis comensales por mesa y consumiciones en barra y a las 23.00 horas tendrán que cerrar en nivel 3 (riesgo alto). Si la autonomía había alcanzado el nivel 4 de alerta (muy alto), en el que ya está España, los interiores directamente quedaban clausurados.
«Tiene poca efectividad excepto en casos de multitudes. Es una de las medidas más suaves para intentar cortar la transmisión del virus, para que los contagios no sean tan elevados y que relativamente cuesta poco de implementar, aunque estemos todos muy cansados. No tiene mucho coste y hay que esperar si efectivamente esta ola de contagios da lugar a una saturación del sistema sanitario o finalmente las vacunas consiguen proteger», ha señalado María Mercedes Sarmiento, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).