[CARTAS] Un aplauso, medios de comunicación
Lunes. 23:30. Cuatro personas en el bar.
Martes. 22:30. Se vacía el bar, y se cierra porque visto lo que pasa….
Miércoles. 23:00. Tres personas en el bar.
Eso sería normal hace un par de semanas, incluso sin pandemia. Pero es que estamos en plenas navidades, y lo normal sería aforo completo (fue así incluso las pasadas navidades) a esas horas y en varias otras del día, que están teniendo cifras de primeros de diciembre, incluso aunque está abierta la atracción turística que es el Nacimiento Artesano del pueblo.
Desde luego, no es que haya alguna particularidad en mi bar por la que pase esto solo aquí. Desgraciadamente, las navidades están fastidiadas para la hostelería en general… luego viene la cuesta de enero… y luego la de febrero, que creo que, con noviembre, son los dos meses peores en este sector, de modo que habremos encadenado cuatro meses de pena.
¿Qué está pasando estas navidades para que la gente pase de los bares (y restaurantes) si apenas hay restricciones?
Me imagino a los presidentes en la reunión de hace unos días, felicitándose las fiestas al terminar:
— Oye, pero habrá que salir diciendo algo ¿No?
— Ostras, es verdad… ¿Qué os parece decir que pongan mascarillas en la calle?
— No sé… a los árboles no parece afectarles el Coronavirus, y la norma de que si no hay distancia de seguridad hay que usar la mascarilla también en exteriores ya está.
— Joer, pues no se me ocurre otra cosa.
— Bueno. Venga, decimos que las pongan algo más.
— Chachi piruli. Bueno, feliz año si no nos vemos antes.
— Feliz año.
En fin… que las autoridades no han puesto restricciones, excepto en comunidades con gobiernos con tintes autoritarios como Cataluña, que fuentes catalanas me dicen que la explicación a que casi siempre tengan peores datos que nadie es que los engordan para poner pretexto a su autoritarismo, por ejemplo pasando a UCI a personas que no están tan mal como para UCI (al menos, mejor pasarse que quedarse corto).
¿Qué está pasando entonces para que la gente no salga?
El aplauso verdadero y eterno se lo tenemos que dar a los sanitarios, sin duda, que por cierto: también me dicen fuentes sanitarias, extraoficiales, que ahora lo peor lo tienen en que hay tantas bajas por positivo en coronavirus (no porque estén enfermos en su mayoría, ojo) que los que siguen en activo no lo dan hecho… y estarán más que quemados, no es de extrañar. Supongo que algunos estarán pensando «A ver si pillo el bicho y paso las navidades tranquilo».
Así que puede que meta la pata, y entiendo que puedan molestar mis comentarios a los sanitarios aunque tienen mi máximo respeto, porque esto tiene distintas consideraciones según la perspectiva desde la que se mire, pero yo lo que siento ahora es rabia ya por lo que hacen los medios de comunicación (no todos, seguro, que nunca se puede generalizar en nada).
Para ellos es el aplauso simbólico por estar ¿frenando? esta «sexta ola» que tal vez debió ser ya la de dejar el coronavirus a la altura de la gripe.
Igual hay que agradecerles de verdad haber conseguido lo que no conseguían ya ni las restricciones, y es que la gente apenas se junte. Lo que pasa es que ni siquiera los datos sanitarios les acompañan en su campaña, pues las hospitalizaciones, que son la clave actualmente (¿O para qué están las vacunas si no?), están en menos de la mitad que hace un año… de modo que los medios de comunicación siguen aferrados a darnos la paliza (aquí me hacía falta una palabra que signifique paliza muy muy muy fuerte) con la incidencia, dato a todas luces ya secundario.
No digo más del daño económico que está encargándose directamente de provocar este cuarto poder…. Voy concluyendo con el tema sanitario, que afortunadamente arroja datos que le dicen a los medios de comunicación que ya se tienen que ir frenando, que el cuarto poder no tiene que empeñarse en meterse en puestos de podio.
Y me pregunto qué hará a continuación ese cuarto poder.
Ha sido tal la agresividad informativa a la que se han acostumbrado, tal su insistencia, magnitud, exaltación, frenesí, … tal su virulencia, que me pregunto qué harán sin coronavirus, cuando decidan al fin dejar de sobreexplotar esa fuente informativa.
Y me preocupa, porque ya hemos visto ensayos de esa matraca que parece el nuevo estilo de informar, con cosas como el precio de la electricidad o el ansia por recoger todas las desgracias que ocurren en los más recónditos lugares del planeta… y cae tan pesada ya la información presuntamente seria, que me imagino que la gente escapará cada vez más de la realidad yéndose a las redes sociales y demás en busca de pseudoinformación… ¿O ya es todo una?
(Más vale que vayáis pensando en cómo reconducir el contenido y la forma de informar)
Tomás Vega Moralejo. 30 de diciembre de 2021, a las ocho y pico de la mañana, tras llevar sin pegar ojo desde las seis por, entre otras cosas, esto que acabo de soltar.