[REFLEXIONES DE UN OUTSIDER] Bierzo ¡¡revienta!!
LUIS CEREZALES | Comencé estas colaboraciones afirmando mi independencia de criterio y de condición, también dije que eso no implicaba que fuera neutral porque serlo representa tragar con el abuso y la corrupción. Qué más quisiera que ser suizo para abrazar esa opción, pero soy berciano y aquí no queda otra que tomar partido, partido hasta mancharse que diría Gabriel Celaya.
Excuso aclarar que cuando menciono tomar partido, no es una invitación a militar sino a ejercer la libertad. Hay otras opciones, el propio Serrat lo indica cuando canta… escapad gente tierna que esta tierra está enferma, cosa que ya han hecho muchos bercianos, o refugiarse en la resignación y convertirse en un cínico o en un anti-sistema alobado.
No intenten hacerse apátridas, no dejan. Aun cuando lo somos en cierta forma dentro de nuestra propia patria chica, secuestrada por una caterva de desaprensivos ajenos. Los mismos que no han cejado hasta arruinarlo y ahora quieren rematarlo fulminando nuestra identidad con la peor de las salvajadas que es devastar y prostituir su naturaleza.
No es casualidad, es el resultado de un proceso sistemático, donde las peores y más graves canalladas las han venido perpetrando a pachas los partidos nacionales de gobierno. Cuando a uno le daba por cometer una barbaridad el otro toleraba sin piarla o viceversa, y después se enredaban en batallas incruentas entre ellos para disimular.
Ni el gobierno de la nación, ni el parlamento español, ni el defensor del pueblo, tampoco desde ninguna institución regional, van a admitir que hay un agujero negro democrático donde se inflige un castigo continuado a una minoría poblacional desde los propios poderes del estado. Y no lo van a admitir porque lo más cómodo es ignorarlo.
Les da igual arrollar el derecho a la igualdad política que consagra la constitución. Nunca van a aceptar el hecho cierto de que la nación española tiene penalizada con desigualdad de trato a una pequeña colectividad sin ninguna capacidad de defensa, ellos solo atienden a quienes les aprietan por las bravas.
Esto no es nuevo, se advirtió insistentemente de esa anomalía en los albores de la transición política. La ausencia del poder propio que reclama nuestra singularidad ha sido nefasto y nos ha sumido sucesivamente en el aislamiento, la despoblación, la ruina económica y la depresión moral; solo faltaba la destrucción física y ambiental que ya está en marcha.
La estrategia única de luchar por el Bierzo dentro del marco impuesto y tramposo ha resultado baldía, quienes lo sabíamos nunca nos hemos prestado a seguir esa farsa. Es triste tener razón ahora, cuando el Bierzo está condenado a ser una realidad fallida en la que ha ganado la insidia, el apaño, la mediocridad, la corrupción y la traición.
Soy viejo, casi nada me une a mi tierra más allá de muchos afectos, cuatro castaños, una linar, una viña y dos tumbas en el Montearenas. Los míos no van a volver al solar de sus antepasados buscando un porvenir para sus hijos, y yo me estoy replanteando el regreso que ansiaba para pasar mis últimos años porque no quiero que me mate la pena, prefiero no verlo.
Queda la remota esperanza que los jóvenes no se dejen pisar y acudan a las instituciones europeas para impedir semejante atropello a una minoría de un país comunitario. Solo en ellos se puede confiar, en su honestidad, fuerza y compromiso, antes que el vórtice pancista los absorba haciendo añicos sus valores y los vuelva resabiados y claudicantes.
Son ellos, no la deplorable fauna que nos ha hundido, quienes deben protagonizar el futuro gritando: BIERZO ¡¡REVIENTA!!
Este outsider se despide de ustedes, ha sido un honor tenerlos como lectores.