Las elecciones autonómicas, banco de pruebas para las municipales de 2023
La cita del 13-F se presenta como una oportunidad para los partidos de medir fuerzas un año antes de los comicios locales.
El 13 de febrero están convocados 2.094.490 ciudadanos para elegir a sus 81 representantes en las Cortes de Castilla y León, que a su vez nombrarán al presidente de la Comunidad para los próximos cuatro años. La principal diferencia con respecto a anteriores consultas electorales es que, por primera vez, se separarán las municipales de las autonómicas. En las elecciones locales de 2019, el PP fue la opción más votada en Castilla y León, con el 34,82 por ciento, seguida por el PSOE, con el 32,45, mientras que en las autonómicas el resultado fue a la inversa, los socialistas se hicieron con el 34,84 y los populares cayeron al 31,53 por cien.
Esta separación convierte los comicios del 13-F en un inmejorable banco de pruebas de cara a las municipales que se celebrarán 15 meses después, en la segunda quincena de mayo de 2023. Una especie de encuesta gigantesca, con todos los electores formando parte de la muestra y con votos reales, no con meras intenciones. Los resultados permitirán a los partidos afinar sus estrategias de cara a la larga campaña que se avecina después de la cita autonómica hasta la celebración de los comicios locales.
En el Bierzo, todas las miradas están puestas en Ponferrada, donde el PSOE aspira a revalidar la alcaldía que recuperó en 2019 después de 24 años en la oposición. Hace cuatro años, los socialistas obtuvieron mejores resultados en las autonómicas que en las municipales celebradas el mismo día, con dos mil votos más. También Ciudadanos y Podemos tuvieron más papeletas en las regionales que en las locales. Por el contrario, la lista liderada por Marco Morala consiguió doscientos votos más que la presentada por el PP para las Cortes de Castilla y León.
Una de las incógnitas que levanta más expectativas de cara al 13-F es conocer la dimensión exacta del descalabro de Ciudadanos que predicen todas las encuestas. En el PP confían en que se produzca un trasvase masivo que les permita acercarse e incluso superar a los socialistas en la capital de la comarca. Sin embargo, el crecimiento de Vox que también auguran los sondeos podría dificultar sobremanera ese objetivo.
La ausencia de USE y PRB
La ausencia en las urnas esta vez de USE y PRB, que sí concurrieron a las autonómicas hace cuatro años, abre otra ventana de incertidumbre. Ambas formaciones obtuvieron entonces menos votos en las regionales que en las municipales, lo mismo que Coalición p0r El Bierzo. Los bercianistas esperan mejorar sus resultados mediante su alianza con El Bierzo Existe. También Podemos ve factible incrementar sus apoyos al comparecer de la mano de Izquierda Unida, que en 2019 se presentó por separado tanto a las Cortes como al Ayuntamiento.
El reparto de escaños en las municipales en Ponferrada, como es sabido, fue de 9 concejales para el PSOE; 6 PP; 2 Coalición por El Bierzo; 2 Ciudadanos; 2 USE; 2 PRB y 2 Podemos. La extrapolación de los votos de las autonómicas de 2019 arrojaba este resultado: 12 PSOE, 7 PP, 3 Cs, 2 Podemos y 1 Coalición. Tanto USE como PRB se habrían quedado fuera del consistorio con los votos cosechados en esa urna. Con los resultados de las europeas, que hace cuatro años también se celebraron el mismo día, los socialistas habrían obtenido los 13 escaños de la mayoría absoluta, por 6 del PP, 3 de Ciudadanos y 3 de Podemos.
Es bien sabido que cada elección tiene sus propias claves, pero las autonómicas del 13 de febrero se presentan como un banco de pruebas inmejorable de cara a la preparación de las municipales de mayo de 2023. Sus resultados permitirán conocer las tendencias del electorado, analizar el trasvase de votos y medir los apoyos de cada cual. Después quedará un año largo para perfilar estrategias, pulir los mensajes y definir los candidatos, un factor este último que en el ámbito local tiene a veces una importancia capital en la decisión final de la ciudadanía.