[PAJARITOS Y PAJARRACOS] La afrenta do Vierzo
XAN DAS VERDADES | El jueves se conmemoró en Villafranca el bicentenario de una derrota, al Gobierno de Castilla y León le ha salido un competidor en su monopolio masoca a cuenta de la celebración del vencimiento de los Comuneros. No hay que alarmarse, en el resto de la nación reina la cordura y no es probable que las calles y plazas de España se rebauticen con placas de la Batalla de Trafalgar, El Desastre de Annual o del Tratado de Utrech.
La cosa no habría pasado de ser un acto conmemorativo si un par de mantenidos no lo hubieran aprovechado para dar una lección al mundo mundial de cómo bajarse los pantalones y poner el culo. Solo hay que ver las notas de prensa para constatar que los Cien Mil Hijos de San Luis, que pusieron fin al trienio liberal y con ello a la Provincia de Villafranca del Bierzo, han menguado considerablemente y ahora se llaman Eduardo Morán y Gerardo A. Courel.
Que este par de finos intelectuales se presten a dar por buena la anomalía democrática que representa tolerar que una tierra permanezca capada de representatividad igualitaria no es nuevo en ellos. Sí lo es la caradura de que quieran convertir en REIVINDICATIVO el vasallaje, el vivan las cadenas, el servidores están aquí para lo que manden, muy en la línea con lo que cabía esperar de sus circunvoluciones cerebrales y sus tragaderas.
No es de recibo que en sus lamentables alegatos, un día que exigía de cierta solemnidad histórica y pasar de puntillas del grano de subyacía, estos sujetos abran la herida y le apliquen el soplete. Los que mandan desde fuera venían a tachar de efímero y anecdótico el experimento, pero siempre un tanto moscas de encontrarse con una sorpresa y se toparon con el regalo de escuchar que la gran reivindicación es la aceptación mansa de nuestra identidad aplastada.
La palma se la llevó el Presidente de la Diputación, quien tras la pleitesía de rigor se lió a pachas con uno de Lugo en una extemporánea competición colaborativa de carreteras entre provincias, impropia de la significación del acto, pero él es así. Courel, encantado de no molestar no vaya a ser que le apeen del momio por decir alguna inconveniencia. Nada hay como promocionar a zafios para desenmascararlos; si el poner a los tontos del pueblo en el poder es hasta una conquista democrática, hacerlo con los que van de listos es toda una tragedia.
Poco que decir de los invitados de la meseta, si acaso algo de Doña Esther Muñoz, que nos vino a recordar por trillonésima vez que el Bierzo es la “única comarca” reconocida en el estatuto de Castilla y León y que “tenemos que estar unidos para poner al Bierzo donde se merece”. A lo que habría que contestarle que no queremos que nos pongan donde merecemos, que nos conformamos con que nos dejen donde estábamos cuando metieron aquí sus narices y la cagaron.
Solo hubo en ese acto una frase para poner en una orla y es la que dijo el alcalde de O Barco de Valdeorras, Don Alfredo García, quien en contraste con el resto de la asistencia sabe geografía, cuando les espetó: “Somos la misma Región”. En ese sencillo concepto geográfico de REGIÓN al que se quiere disfrazar con el administrativo de COMARCA es donde está todo el quid de la cuestión, y eludirlo es de ignorantes o de mamones.
¿Acaso el Presidente de la Diputación ignora ahora cómo se llamaba el organismo donde trabajaba: Mancomunidad de Municipios de la Comarca de PONFERRADA? ¿Acaso el Presidente del Consejo ignora ahora que ha nacido en una de las muchas COMARCAS de la Región del Bierzo que es el Alto Bierzo? Menos mal que a estos indocumentados de conveniencia les puso coto Don Alfredo con su denominación ilustrada y precisa.