[UNA HABITACIÓN AJENA] De la salud a la industria de la enfermedad
Cuando un error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad.
(Gustave Le Bon)
Estamos en un momento decisivo de la historia de la humanidad, incluso como especie. Lo que podemos hacer con un ratón hoy lo haremos en diez años con personas. Registrar la actividad cerebral ya es factible. Y pronto también podremos influir en esa actividad e incluso cambiarla. Eso nos va a llevar al mejoramiento mental y cognitivo de la especie humana. Es inevitable. En unos años utilizaremos interfaces cerebro-computadora que nos permitirán escribir con el pensamiento, conectarnos a Internet directamente… Esto va a cambiar la especie humana.
(Rafael Yuste)
NELLY BOXALL | De izquierda a derecha del espectro político y en la totalidad de puntos cardinales del territorio el ganado que somos ha de soportar los discursos, las mentiras y las medidas de obligado cumplimiento que imponen los pirómanos vestidos de bomberos, agentes colaboradores necesarios de otros de quienes no conocemos ni sus caras ni sus nombres. Es de tal envergadura lo que se traen entre manos que han desaparecido los colores políticos y los bandos, el periodismo de rigor, instalándose el pensamiento único como salvoconducto de ciudadanía… por desaparecer ha desparecido hasta la gripe de toda la vida, pero nos siguen intentando vacunar contra ella a pesar de llevar dos años sin incidencia alguna según datos oficiosos y oficiales, naturalmente.
El hecho de que el gobierno actual haya conseguido el apoyo para mantener la obligatoriedad del uso en exteriores de la mascarilla, mediante la estrategia vil y vergonzante de incluir en la misma votación la revalorización de las pensiones, no es más que un ejemplo -de tantos- de la indignidad con la que se ejerce la política del chantaje. Una de las ideas fuerza que han venido amparando las medidas adoptadas durante la denominada pandemia ha sido la de que el Estado nos protege. En situaciones de temor y miedo, cuando lo que nos une es el pánico, no cuestionamos la honestidad de quienes toman las decisiones por nosotros, les renovamos el poder para que decidan aún sin darnos las mínimas explicaciones o mintiéndonos directa y descaradamente.
Si realmente les importásemos, independientemente de si esta situación fue provocada o no, los responsables de Salud Pública no harían oídos sordos a las reivindicaciones de diversos colectivos que llevan dos años reclamando transparencia con respecto al aislamiento del virus, denunciando la aplicación genocida de protocolos en los recintos hospitalarios y la inacción desde la atención primaria, solicitando el debate científico en relación a la aplicación del denominado tratamiento temprano, cuestionando el uso de mascarillas y advirtiendo por tierra, mar y aire del contenido de esas inyecciones mal llamadas vacunas, implorando el análisis de viales a nivel oficial. Me refiero tanto al contenido declarado por las propias farmacéuticas y que según el informe elaborado por Biólogos por la verdad, basado exclusivamente en los componentes tóxicos declarados, como al contenido no declarado tal como el óxido de grafeno -un material tóxico para los seres humanos y un súper conductor muy sensible a la irradiación electromagnética de, por ejemplo, las antenas de telefonía de todas las “ges”- descubierto por el doctor Campra Madrid y corroborado tanto por las observaciones al microscopio del programa de La Quinta Columna como por biotecnólogos de Argentina y un investigador de Nueva Zelanda, hallando en todos los análisis -de hasta cinco marcas de viales- componentes compatibles con microtecnología. Distópicos, el hallazgo y el silencio posterior. Acuérdense de esto cuando sepan de alguno de los muchos casos de “repentinitis” y problemas cardíacos que se dan dentro del espectro de población joven y háganse preguntas…
Si realmente les importásemos, en Bruselas no tendrían prevista la aprobación de la prórroga de la vigencia del denominado pasaporte covid hasta verano de 2023… lo que viene siendo un eufemismo de vacunación obligatoria. Y es que está en juego la futura administración de más inyecciones que están en el horno, como una para la supuesta variante Ómicron e, incluso, una vacuna universal para futuros coronavirus, nada menos. No han corrido tanto para explicarnos por qué se sigue utilizando en nuestro país como método diagnóstico la famosa PCR, cuando en Estados Unidos se le retiró la autorización por su inespecificidad a principios de año. Nos han estado envenenando y pretenden seguir haciéndolo, que cada cual haga sus cábalas sobre los motivos y objetivos, yo tengo mi propio mapa de situación y en base al mismo actuaré, resistiendo sin usar mascarilla, sin inyectarme veneno y evitando pasar por el aro de las PCR, tengo a demasiada gente cercana pagando las consecuencias de tener miedo a enfermar, de perder su trabajo o de querer, simplemente, viajar. A los primeros advertirles que lo que está enfermando a la gente es el contenido de esos viales, a los segundos aclararles que los muertos o incapacitados no trabajan y a los terceros, que Menorca seguirá en el mismo sitio cuando esto termine. Aún hay quien piensa que la vacuna es un placebo, algo así como suero fisiológico. Ojalá, pero no. Y luego nos quedan los indignadísimos por lo de Eurovisión… pinchazo y circo.