Desde el pasado día 16 de febrero, los ocho estudiantes que forman parte del plan de acciones en alternancia promovido por el Ayuntamiento de Fabero con la financiación del ECYL ensayan la construcción de encofrados, zapatas y zunchos de hormigón pretensado en los talleres que el Ayuntamiento de Fabero tiene a su disposición en el Pozo Viejo de Lillo del Bierzo. Las prácticas han comenzado con la preparación de las armaduras de ferralla que se apearán en la base del murete que en las próximas semanas empezarán a levantar en una de las aceras de la calle Otero, la vía principal de comunicación entre el centro del municipio y la pedanía de Otero de Naraguantes.
Al mismo tiempo, estas prácticas les servirán para aprender las técnicas de armado y posterior fijación de las estructuras rígidas necesarias para culminar la última de las tareas pendientes en la actuación que desde el pasado mes de noviembre el equipo viene realizando en el pavimento de la calle Lourdes de Fabero: el confinamiento de las arquetas de servicios.
El lugar donde se desarrollan estas prácticas es uno de los edificios emblemáticos del Pozo Viejo, el primer enclave catalogado por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León dentro del Bien de Interés Cultural Etnológico Cuenca Minera de Fabero. Ubicada en Lillo del Bierzo, esta edificación forma parte de un grupo minero de extracción vertical que estuvo en funcionamiento desde los primeros años del S. XX hasta bien entrados los años cincuenta, cuando la puesta en pleno funcionamiento del Pozo Julia desplazó la actividad industrial hacia el sureste del actual término municipal.
La utilización de esta nave como taller para albergar las prácticas de los alumnos del Programa Mixto Fabero IX implica la preservación del uso original con el que esta edificación fue construida por su antigua propietaria, la empresa Antracitas de Fabero.