[TRIBUNA 8-M] El feminismo es diverso y no debe ser excluyente
ÁNGELES GONZÁLEZ y MENCHU MONTEIRA | Desde 1977, fecha en que se inicia la celebración del 8 de marzo en España, hemos participado en las movilizaciones convocadas ese día. Durante muchos años hemos sido parte activa en las convocatorias desde la Asamblea de Mujeres de Burgos, la Asociación de mujeres del Bierzo y la Secretaría de la Mujer de CCOO. Eran tiempos en los que el feminismo no contaba con el apoyo social que hoy tiene, incluso partidos políticos progresistas lo veían como una pelea secundaria al conflicto de clases. Fueron muchos años de soledad en el 8 de marzo, un asunto de minorías. Hemos continuado participando de diferentes maneras en el 8 de marzo, sin embargo, este año no acudiremos. Nos encontramos excluidas ya que, dada la convocatoria realizada por la Coordinadora Feminista de Burgos y Feministas Bercianas, nos es imposible asistir.
Durante los últimos años el movimiento feminista ha logrado grandes conquistas sociales e institucionales, amplió su agenda, su programa, y ha demostrado su potencia de trasformación social. Sin embargo, después de una nueva ola ilusionante y de un periodo de crecimiento exponencial, están apareciendo fracturas cada vez más profundas, y enfrentamientos violentos hacia quienes pensamos diferente. A un intento de exclusión al realizar afirmaciones como “el feminismo es abolicionista” y se otorgan el poder de decidir quién es feminista.
Consenso como forma de construir. Las convocatorias del 8M deberían hacerse sobre el consenso, sumar a cuantas más mujeres en torno a contenidos compartidos para construir una movilización masiva y plural. El debate sobre la prostitución lleva muchos años presente en el feminismo, también en nuestro país. Por eso el “abolicionismo” en muchos lugares no es un punto del manifiesto del 8M, porque el movimiento feminista está muy dividido respecto a la cuestión de la prostitución, incluso en Barcelona se han posicionado recogiendo demandas de las trabajadoras sexuales. En las asambleas del 8M hay personas que se consideran abolicionistas y otras que no y que asumen en general que en esos espacios hay que dejar de lado un debate que ahora mismo es irresoluble. También hay muchas abolicionistas que no se sienten representadas en la polarización radical del debate o las formas poco amables con las que algunas están intentando conducir esta cuestión.
De hecho, la manera en la que se trata de imponer esta posición busca precisamente una confrontación. Esta polarización –estás conmigo o contra mí– puede ser funcional a determinadas personas o intereses: para agrupar y para acallar los matices de un debate muy complejo, donde se encontrarían por ejemplo abolicionistas que no están a favor de medidas que impliquen criminalizar, invisibilizar o expulsar a las prostitutas del espacio público o que empeoren sus condiciones de vida; y también con activistas proderechos cuyo horizonte último es acabar con la prostitución.
Divide y vencerás. Las posiciones abolicionistas consiguen un control político del movimiento feminista, pero lo dividen. Al fin y al cabo, para estas posiciones el abolicionismo es una cruzada moral en la que no se juegan nada, mientras que las luchas feministas que quieren una transformación social más profunda parten por la mejora de las condiciones de vida para todas.
No está de más recordar que el verdadero enemigo que tenemos en la actualidad, no son las que piensan distinto de nosotras en cuestiones como la prostitución. El enemigo es Vox y la derechización social que impulsa y es a su antifeminismo al que es útil nuestra división. Para combatirlo, necesitamos estar más unidas que nunca, más fuertes que nunca para impulsar también medidas de transformación que taponen las posibilidades de crecimiento de la ultraderecha.
Precisamente en Castilla y León, con el peligro que tenemos de que Vox entre en el Gobierno regional o influya en la política regional de forma muy negativa para las mujeres, esta debería ser ahora nuestra preocupación principal.
- Mª Ángeles González Delgado. Feminista desde 1977 en Asamblea de Mujeres de Burgos y Secretaría de la Mujer de CCOO. Autora del libro Una lucha de mujeres.
- Menchu Monteira de la Fuente. Feminista, en la Asociación de Mujeres del Bierzo y Secretaría de la Mujer de CCOO. Impulsora de la campaña a favor de Nevenka Fernández.