[LA OVEJA NEGRA] El ecofascismo de Teresa Ribera deja huella en el Bierzo
GERMÁN VALCÁRCEL | Aunque sé que vivimos en una sociedad totalmente degradada por la propaganda y la manipulación, cuyo principal motor de desarrollo es la ignorancia y el oscurantismo, no puedo evitar sentir una cierta desesperación ante la polarización y ceguera colectiva con la que estamos afrontando el convulso escenario al que estamos abocados. Entre tantos dislates, confieso que me pone especialmente nervioso la manipulación “verde” que sobre todo la izquierda institucional, los “izquierdistas tecnológicos” y el ecologismo reformista, están llevando a cabo con eso que han bautizado como transición ecológica y su Green New Deal.
La visita a la comarca del Bierzo de la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha servido para dejar claro el profundo analfabetismo ecológico que padecen nuestros representantes políticos, el mundo de la cultura (lo de la Universidad es especialmente sangrante, aunque no sorprendente, sobre todo si estamos acostumbrados a escuchar a sus máximos responsables perorar en los medios de (in)comunicación locales. ¿Qué coño enseñará esta gente?) los periodistas locales, los colectivos sociales y ecologistas (al menos, en esta ocasión, no han tenido la desvergüenza de ir a fotografiarse sonrientes con la señora ministra), y la mayoría de la población, incapaces de comprender sobre qué pilares descansa la vida de los seres humanos, la vida en general. Lo cual nos convierte en ciegos a la hora de percibir los cambios y deterioros que se producen y nos ponen en riesgo. Cuándo aprenderán que no hay economía sin naturaleza, que no hay tecnología posible sin naturaleza, en definitiva, no hay vida sin naturaleza que la sustente.
Que las supuestas elites políticas y sociales comarcales hayan permitido que la responsable política del ecocidio que hay planificado contra la comarca del Bierzo, mediante la construcción de parques eólicos y plantas solares, se haya ido sin que nadie le hiciera ni una sola pregunta, ni le pidiera una aclaración sobre el reciente Real Decreto que, aprobado por el gobierno más progresista y verde de la historia de España, elimina la exigencia de evaluación de impacto ambiental para la construcción de esas plantas y parques, y va a permitir el expolio de decenas miles de hectáreas de propiedad pública y bienes comunales, demuestra qué clase de gente miserable dirige las instituciones de nuestra comarca, tanto las políticas como las universitarias y culturales –¿dónde están nuestros intelectuales? Tal vez ejerciendo de vates para los que mandan, o vendiendo libros insustanciales, financiados con fondos públicos–, qué intereses defienden y, también, en qué manos está la información que recibimos. Especialmente indignante resulta escuchar y leer a ese mentiroso compulsivo que está al frente del ayuntamiento de la capital de la comarca, Ponferrada, el “señor” Olegario Ramón, afirmar que: “se abren unas expectativas de desarrollo realmente importantes”. La verdad es que no resulta sorprendente en los socialpancistas semejantes ejercicios de cinismo, son los eufemismos (¿recuerdan aquello de la desaceleración temporal de 2008 del señor Zapatero?) que tanto les gusta utilizar y tan bien manejan. Por otra parte, usados profusamente por el núcleo duro de su equipo de gobierno. No hace tanto, la primera teniente alcalde y concejala de Hacienda nos vendía las bondades de las centrales de calor.
Seguramente a eso se refieren cuando nos hablan de Fuego Verde. ¿De verdad son soluciones de futuro las museísticas anunciadas -puro marketing- cuando las necesidades básicas de la población empiezan a no poder ser cubiertas y se empieza a vislumbrar un futuro de racionamientos, tanto energéticos como alimentarios? Sin embargo, a nuestros representantes comarcales y municipales nos podemos les hablarles de empezar a preparar cadenas de suministro cortas, ante la fragilidad de la producción mundial de alimentos. Ellos nos hablan de turismo ya que, con sus auto concedidos sueldos, siempre podrán comprar piña de Costa Rica, fresas de Huelva, bacalao de las Feroe y pulpo de Namibia. Las patatas y las castañas, con los que tanto ahora presumen en las ferias de turismo, volverán a quedar para los pobres. Esa suerte tendrá quien dispongan de un trozo de tierra.
Hay que estar muy alienado para seguir tragándose la propaganda del tecnólatra sector izquierdista verde del neoliberalismo
Francamente, no creo que merezca la pena seguir perdiendo el tiempo con esta escoria procrastinadora que solo busca defender sus privilegios, cobrar un buen sueldo y dar lustre a sus desaforados egos. No me queda la menor duda que con estos mimbres caminamos hacia el ecofascismo, es algo que hasta los ciegos no inoculados por el sectarismo son capaces de ver. Con sus medidas, complicidades y silencios nos abocan a un abismo de violencia y extinción ineludibles. Algunos hemos pasado años diciéndolo, nos han llamado de todo menos bonitos por decirlo, lo siguen haciendo. Pero el colapso de la sociedad capitalista es inevitable, esto era lo que decíamos: habrá menos energía neta disponible, las renovables son un engaño (no son más que una campaña de ventas de máquinas industriales) menos renta disponible, la inflación se encarga de ello, más desigualdad, más autoritarismo y control de la población, la pandemia fue el primer ensayo, más enfermedades, más eventos climáticos adversos.
¿Debemos tener miedo al espantajo VOX que los progres enarbolan? No me cabe ninguna duda, sé que esas mesnadas de “iluminados pardos”, sobrevenidos luchadores por la libertad individual, no van a traer la sociedad anarquista. Pero ello no me impide sostener que hay que estar muy alienado para seguir tragándose la propaganda del tecnólatra sector izquierdista verde del neoliberalismo, ellos son, mal que les pese a sus alienados y sectarios votantes y simpatizantes, los que están planificando el futuro ecofascista al que nos pretenden dirigir. El último ejemplo, el antedicho Decreto Ley. Una izquierda que hace política de derechas está preparando el regreso del original.
Las izquierdas institucionales -el actual gobierno, con los podemitas como cómplices- son hoy el mayor tapón para la búsqueda de soluciones reales. Critican la esfera financiera, pero únicamente a ella. Juntan elementos de pensamiento de izquierda y del de la derecha en una mezcla que a veces se parece al anticapitalismo fascista. Pero de lo que se trata es de romper con el capitalismo como tal, no solamente con su forma neoliberal.
Un retorno al keynesianismo y al Estado benefactor ni es posible ni es deseable, ya que llevaría a más barbarie colonial. Es necesario denunciar el engaño de quienes dicen que hay un gobierno que nos ayuda, mientras legisla para privatizar todo lo público y para que los bienes comunes sean expoliados.
Se preguntaba hace tiempo Jorge Riechamann: “¿preferirán, las sociedades ricas convertirse en nazis antes que renunciar a una parcela del sobreconsumo que identifican con la calidad de vida?” En este momento, y en esta Comarca Circular, esa pregunta nos atañe a cada uno de nosotros y nosotras, pero fundamentalmente a esa relea de representantes políticos que han recibido a la ecofascista ministra de transición justa.