[TRIBUNA] Dos meses después
OLEGARIO RAMÓN | Hace apenas dos meses que fui investido alcalde del Ayuntamiento de Ponferrada. Asumí el reto, y lo asumo, con un enorme orgullo y una gigantesca responsabilidad. Estos dos meses los he vivido con la angustia de intentar lograr con urgencia una solución a los graves problemas que vive el municipio (transporte público, limpieza y recogida de residuos, estado lamentable de los espacios públicos, falta de servicios básicos en nuestro medio rural, etc.) y la inoportunidad de una enfermedad relativamente grave, diagnosticada a los tres días de ser elegido, que me ha supuesto un contratiempo importante.
Para alguien que tiene la costumbre, y casi la necesidad, de tener el control de aquello que gestiona, ha sido muy difícil asumir que en un Ayuntamiento relativamente grande y con múltiples frentes abiertos se ha de renunciar, casi por razones de salud mental, al control absoluto. También había oído hablar de la soledad en el despacho de un alcalde y, a pesar de la validez e innegable implicación de mi equipo, creo que ya conozco esa sensación. A mayor abundamiento, tengo la impresión, casi constatación, de que es extraordinariamente complejo que los partidos políticos sean capaces de anteponer el interés general a los egos personales de sus representantes o a los intereses particulares de sus organizaciones. Por todo ello no ha sido éste un período en el que haya “disfrutado del cargo”, más allá de la asistencia a diversos actos culturales que me han aportado la serenidad necesaria para parecer sereno.
Me ha sorprendido, aunque sea algo de lo que siempre se ha hablado, que un gran número de ciudadan@s me ha pedido un puesto de trabajo en el Ayuntamiento. ¿Cómo se habrá gestionado hasta ahora para que la ciudadanía crea que esa es la vía de acceder al empleo público? Para mí esto es particularmente descorazonador, porque siempre ha sido casi una obsesión personal garantizar la limpieza en los procedimientos de selección en nuestro Ayuntamiento. Me han sorprendido menos las amistades sobrevenidas y las lisonjerías que genera el nuevo cargo. También he conocido gente honesta, dispuesta a trabajar por esta tierra.
Me ha sorprendido que un gran número de ciudadan@s me ha pedido un puesto de trabajo en el Ayuntamiento
Aun con todo eso, y animado también por el convencimiento fundado de un rápido restablecimiento de mi salud, trabajaré con ahínco, como lo hace y hará mi equipo, para intentar revertir la situación de nuestra ciudad y nuestros pueblos, consciente de la situación complicada que vivimos pero esperanzado. Pienso también que la solución de los problemas más graves a corto plazo, aún siendo indispensable, no nos puede desviar del modelo de ciudad que proponemos, ya que alcanzarlo es el verdadero objetivo, con un trabajo de planificación y gestión a medio y largo plazo.
Y por eso trabajamos por una ciudad y por unos pueblos tecnológicamente avanzados, con un sector agroalimentario moderno y fuerte, un turismo diversificado, profesionalizado y del siglo XXI, un mundo rural atrayente, un sector cultural con músculo e ingenio, que apuesta por el cuidado de nuestros mayores, por las energías renovables, por la interconexión pensada entre nuestras Universidades, Ciuden, las administraciones y el empresariado y por la humanización de los espacios públicos. Cuando en campaña hablábamos de una ciudad verde, transparente, medioambientalmente sostenible, solidaria, energéticamente eficiente, participativa, inteligente, comprometida con la igualdad de género y con la democratización de los espacios públicos, no lo hacíamos sin haberlo reflexionado y planificado intensamente. Por eso estamos convencidos de que, con la implicación real de tod@s, alcanzando una alianza con otras administraciones, con la ciudadanía y con todos los actores sociales, podemos conseguirlo. Ponferrada y El Bierzo entero bien merecen este esfuerzo.
- Olegario Ramón Fernández. Alcalde del Ayuntamiento de Ponferrada.