La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a cuatro años de prisión al futbolista del Celta de Vigo Santi Mina por abusar sexualmente de una mujer en junio de 2017 en el municipio almeriense de Mojácar.
El tribunal absuelve al también futbolista David Goldar, contra quien el Ministerio Fiscal no formuló acusación, si bien la víctima lo sentó en el banquillo al considerarlo cooperador necesario. Cuando sucedieron los hechos, Goldar acababa de finalizar la temporada con la Ponferradina, club al que llegó en septiembre de 2016, y ya había firmado por el Pontevedra para la siguiente campaña.
La sentencia impone a Mina, quien no actuó con violencia o intimidación como consideró el fiscal para calificar como delito de agresión sexual, medida de libertad vigilada por periodo de cinco años y alejamiento a menos de 500 metros durante 12 años, fijando además una indemnización de 50.000 euros.
Los hechos por los que se ha juzgado y condenado a Santi Mina a cuatro años de cárcel tuvieron lugar en la madrugada del 16 de junio de 2017. El acusado, por aquel entonces jugador del Valencia, aprovechó que su amigo, el también futbolista David Goldar, con el que disfrutaba de las vacaciones en la localidad almeriense de Mojácar, se había ido con una mujer a la caravana que tenía estacionada en las proximidades de una discoteca de aquella localidad para, también él, satisfacer su «apetito sexual» a pesar de la «manifiesta voluntad contraria» de la presunta víctima.
Según el escrito de la Fiscalía, Santi Mina habría accedido a dicha caravana cuando Goldar y la denunciante ya se encontraban dentro. Fue entonces cuando el acusado, presuntamente, le dijo a la denunciante que le gustaba «mucho» y que deberían «hacer algo», a lo que ella se negó. Según la acusación, tras esta primera respuesta Mina habría salido del vehículo para entrar poco después y agredirla sexualmente. Algunas fuentes apuntaron que el jugador habría accedido al vehículo desnudo y que tras no poder mantener relaciones sexuales con la chica le habría realizado diversos tocamientos.
El relato describe cómo habría introducido el pene en la boca de la denunciante y posteriormente la empujó hacia la cama, «introduciéndole tres dedos de la mano derecha en la vagina». Tanto Mina como Goldar fueron detenidos y puestos en libertad unas horas después.