[TRIBUNA] No son solo tres años perdidos sin avanzar, es que son años retrocediendo
MARCO MORALA | Cuando se cumplen tres años de la llegada de Olegario Ramón a la alcaldía, el Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ponferrada cree que el balance es muy negativo y la actitud del alcalde enormemente desalentadora para todos aquellos que quieren seguir haciendo de Ponferrada su referencia vital, empresarial o laboral.
Si se evalúa a Olegario Ramón por el resultado de estos tres años, la impresión de conjunto es mala, pero si se le tiene que valorar no por lo que ha hecho, sino por lo que dijo que iba a hacer cuando estaba en la oposición y en la campaña electoral, el resultado es penoso. El problema es que no lo es solo para su labor o para la gestión de los socialistas, sino que las cifras objetivas de empleo, actividad económica y población demuestran claramente que son años de regreso y malas políticas para el municipio.
Pocos alcaldes han gozado del respaldo institucional que los grupos de la oposición le ofrecimos hace dos años para poner en marcha medidas realmente eficaces que sacasen a Ponferrada de la crisis en que sigue inmersa. Es decir, le ofrecimos el respaldo que él sistemáticamente negó en la legislatura anterior al equipo de gobierno del PP para poder aplicar los presupuestos a obras necesarias para la ciudad. Y ningún alcalde ha derrochado el respaldo institucional de la oposición por su desidia y falta de ideas como lo ha hecho este.
Ni una protesta cuando el gobierno socialista niega a Ponferrada lo que justamente le corresponde en inversiones, en subvenciones, en proyectos de infraestructura. Un silencio cómplice que busca únicamente el interés propio y no el interés general de los ponferradinos. Lo vimos cuando se cerró anticipadamente la térmica y advertimos que se encarecería la luz, lo comprobamos más aún en estos momentos: ya no hay pobreza energética, ni necesidad de autovía a Ourense, ni urgencia por mejores conexiones ferroviarias, ni hacen falta las subvenciones que han pedido y les han denegado los suyos, ni renovar la red de fibrocemento que era tan peligrosa para la salud, ni hace falta quitar los bichos ni cortar los hierbajos porque hay que renaturalizar la ciudad, ni hay que municipalizar nada, ni hace falta que algunos autobuses del TUP 2.0 funcionen con aire acondicionado en esta ola de calor, ni que se recojan las bolsas de basura que en muchos pueblos son tan numerosas fuera de los contenedores porque no se retiran, ni los baches para circular dentro del municipio hacia pueblos y barrios son tan malos, porque alegran la conducción.
Su legado es una pérdida de población irremisible y una falta de oportunidades que hace imposible la recuperación. No es que cada año de Olegario no se haya avanzado, es que cada año de su mandato Ponferrada ha retrocedido en el tiempo.