El Gobierno estima en nueve meses el plazo para reabrir al tráfico la A-6 en el Castro
La previsión es utilizar el viaducto que quedó en pie para circular tanto en dirección a Galicia como hacia Madrid.
La secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera Posada (Lugo, 1975), estima en nueve meses el plazo necesario para reabrir al tráfico la A-6 en la zona de los viaductos del Castro, según explica en una entrevista publicada este domingo por el diario La Voz de Galicia.
«Esta misma semana intentaremos entrar en el viaducto colapsado para ver testigos antes de demoler y comprobar las cimentaciones, el estado del suelo, toda la parte geotécnica e hidrogeológica. Pero en el otro viaducto, si todo está bien, podríamos calcular en qué condiciones soportarían el tablero y ya empezar con el proyecto, que en tres meses debería estar hecho. Y a partir de ahí ya sería la construcción y sustitución de los tableros, que serán unos seis meses. Uno de prueba y después ya se va a vano cada diez o quince días. No puedo dar un dato exacto, pero ese plazo de nueve meses a partir de septiembre puede ser un horizonte razonable para que se pueda volver a circular en bidireccional por el viaducto que sigue en pie. Es un escenario posible, siempre que no surjan problemas», detalla la secretaria de Estado al rotativo gallego.
Como es sabido, el Ministerio de Transportes trabaja de cara al mes de octubre en un desvío que aprovecha el túnel de la A-6 y enlaza en sentido Madrid salvando el centro de Pedrafita. En el otro sentido se seguirá circulando por Pedrafita, pero con la mitad del tráfico actual. Y para los transportes especiales se ha acometido un ajuste del proyecto que les permita el giro en la situación más desfavorable en cuanto a radios de giro, longitud, peso…
Respecto a las posibles causas del colapso del viaducto, recuerda que en una inspección aparecieron fallos en cables que tenían menos tensión de la normal y se apreció una corrosión importante y carencias de impermeabilización. «Todo eso se agrava en un viaducto al que se aportan toneladas de sal porque está en un entorno complicado. Por tanto, se detectó una patología importante y se cortó el viaducto para hacer una emergencia de reparación. Ahora investigamos por qué se cayó el vano. Es muy importante la agilidad, pero también lo es que no quede ninguna duda para saber cómo se produjo el colapso», apunta.
Pardo de Vera, a falta de confirmar su tesis con todas las pruebas de laboratorio y los sondeos, aventura que un colapso de estaas caracetrísticas no obedece a una sola causa. También tiene claro que «aunque hubiese una opción de refuerzo sobre un viaducto, con un tablero con esa patología solo cabe un nuevo tablero. No vamos a decir otra cosa. La patología de los hormigones creo que es completa. Hay que comprobar las cimentaciones, las pilas, si se ejecutaron según el proyecto. Lo importante es que todo quede cerrado sin la más mínima duda y sacar de esto un aprendizaje. Estamos a la espera de los informes técnicos, pero tiene la misma patología detectada en el viaducto que cayó».