[DIVERTIMENTOS] Ocurrencias para salir de la crisis
¿Qué puede hacer un berciano crédulo para salir de la crisis? Juntando todas las ideas, propuestas, ensoñaciones y ocurrencias que han salido en la última década de las bocas de los políticos de la comarca tenemos un plan casi perfecto.
De buena mañana, nuestro berciano crédulo se sube al Ponfeblino o a su flamante Tesla, al tren de Toral a Villafranca o a la lanzadera del AVE —por medios de transporte no va a quedar— para ir a pescar truchas y carpas a la zona recreativa del pantano de Bárcena o a trabajar a la gran industria cárnica de Cubillos, a la mina de los chinos en Sobrado o a la refinería de petróleo del polígono de Camponaraya.
Regresa para tomar unos vinos y luego se zampa un botillo en alguna de las Jornadas Gastronómicas del embutido rey que tanto proliferan. Después de jugar la partida o echar la siesta se va a buscar grafeno al Monte Medulio o setas al parque micológico, y a la vuelta participa en una reunión de alguna de las múltiples mesas y plataformas para arreglar el mundo que tenemos por aquí, se suma a una de las innúmeras marchas solidarias o se apunta a una de esas escuelas de idiomas de las que pronto habrá una en cada pueblo, eso si no le da por repartir maletas didácticas a los escolares.
Los fines de semana, en invierno a la estación de esquí del Morredero y en verano de excursión por la Tebaida o Las Médulas. Y siempre, siempre, al partido de la Deportiva en el estadio del Toralín convenientemente ampliado en su aforo para que a Tarsicio le salgan las cuentas de espectadores. Si aún así le queda tiempo, puede ir a darse un baño al lago de Sanabria en un santiamén gracias a ese imponente túnel de 30 kilómetros de longitud.
¡Y todavía habrá quien se queje de nuestra clase política!