Sancedo inaugura una ruta por los cortines y minas de hierro recuperados en tres años
El Ayuntamiento de Sancedo ha inaugurado la Ruta de los Cortines, gracias al trabajo de los alumnos, alumnas y profesores de los talleres de empleo de la Junta de Castilla y León, que han acondicionado 14 kilómetros de sendas en el municipio durante tres años consecutivos.
Los trabajos han conseguido rescatar del olvido once cortines y cinco minas de hierro, que estaban totalmente escondidos en la naturaleza y a punto de desparecer, así como una antigua mina en la que se buscó oro, además de un pozo de minería vertical denominado en los mapas antiguos ‘cueva moros’, de la cual aún se está estudiando su origen. Este domingo 250 personas de toda España se reunieron en el municipio para conocer esta hermosa ruta. Debido a la gran afluencia de participantes, se hizo una parte de la ruta de los cortines y otra pequeña parte de la Senda de Hierro.
Los cortines son construcciones circulares típicas del noroeste peninsular, destinadas a resguardar las colmenas de los ataques de los osos. Estas estructuras solían tener una altura de entre 2,5 y 4 metros, y estaban rematadas con una albardilla de lajas de pizarra o de rama. Algunas tenían una puerta de madera o una escalera de mano para acceder a ellas. Estos cortines solían disponerse en pendientes orientadas al sur para obtener la mayor cantidad de horas de sol a la vez que se protegían las colmenas del viento, así como cerca de cauces de agua. Las colmenas, habitualmente, eran secciones de troncos de roble, generalmente vaciados, denominados truébanos o trovos, cerrados por lajas de pizarra por ambos extremos.
En cuanto a las minas de hierro, se pueden observar cinco bocaminas explotadas entre los años 1957 a 1959, en el valle del río Rigo, en la pedanía de Ocero (Sancedo). Solamente se encontró hierro en dos de ellas y, por avatares de la economía, dejó de ser rentable. Además, este mineral nunca se sacó del valle y hoy en día se encuentra apilado en la parte externa de las bocaminas, aunque debido al paso del tiempo estas acumulaciones de mineral se estaban cubiertas de tierra, maleza y árboles, quedando totalmente ocultas e integradas en el paisaje. Aun así, todavía quedan vestigios de una construcción de ladrillo que servía de almacén, acopio de explosivos y vestuario de la empresa. Asimismo, se localiza en el entorno la construcción de una alberca para el almacenamiento de agua que daba servicio a la actividad minera. Las galerías tienen unas dimensiones de 2,5 m de diámetro y longitud variable entre 20 y 400 metros.
Gracias a los trabajos de recuperación, se ha creado una ruta de carácter etnográfico en un paraje natural de gran valor paisajístico. Una red de sendas, atractivas tanto para senderismo como BTT, de una dificultad media-baja, en las que parte de su atractivo es poder visitar tanto los Cortines como las minas. Las sendas son de un metro de ancho, discurren por el monte público, propiedad de la Junta vecinal de Ocero, atravesando un bosque de robles, alisos y madroños principalmente. Este bosque adquiere una especial belleza en los próximos meses de otoño, cuando los robles empiecen a perder la hoja y los tonos marrones y ocres relevan al verde.