[EL PROTECTORADO] Ciuden Show Business
AL RAISULI | Me pregunto: ¿La Ciudad de la Energía era para eso de la Energía o para lo que se les ocurra a las barandas del ITJ, administradoras del cortijo? En todo caso certifica lo que ya estaba cantado, que Terrón es un auténtico paquete; un sujeto que no ha sido capaz de justificar mínimamente su considerable sueldo ofreciendo a la nación y a la ciudadanía una salida para la Ciuden acorde con su temática fundacional.
La operación no ha podido ser más chunga: se priva a la Universidad de León de un magnífico profesor para meter en la Fundación a un pésimo presidente. No creo que haya una persona, independiente del pesebre, de las que recibieron esperanzados a Terrón que no reconozca el error de confiarle el mando; y mira que lo tenía chupado tras haber conocido las desquiciadas pasadas de la Ínsula Barataria de Azuara.
En aquella orgía del despilfarro persiguiendo limpiar el cadáver de un muerto llamado carbón, y probablemente ante la evidencia de que era un viaje a ninguna parte, se cayó en la tentación de convertir una institución, creada con un fin determinado y concreto, en una herramienta de uso partidista al margen de los poderes de proximidad. Y así sigue, liquidada la Ínsula de Zapatero le sucede el Camelot de Ribera.
La Ciuden ha devenido en una fortaleza particular de la ministra para su asueto y el de su equipo. Vamos, un escape como de los que goza el presidente de gobierno en Quintos de Mora, La Mareta o Doñana. Se atraviesa el gas de Argelia o el precio de la luz, no hay problema: se llama a Arsenio para que les prepare un finde de evasión, relajo, postureo y declaraciones cómodas.
Nada peor que contar con recursos y carecer de ideas, bueno o de ganas de trabajar que también cuenta, para caer en la tentación de cualquier ricacho que se precie, dedicarse a ser un mecenas. Y la cosa ha venido rodada: con caja pública y sedes magníficas es fácil dedicarse a ejercer de Peggy Guggenheim, Paloma O’Shea o baronesa Thyssen en una región de la España condenada.
Antes de que ladren me adelanto, ni un pero a suministrar cultura desde la Ciuden o desde la casilla de caminero. Estoy seguro que los artistas seleccionados y las organizaciones contratadas para desarrollar los programas tienen el talento y la capacidad de ofrecer lo mejor. No es eso, es otra cosa más elemental, de prelación, de esencia: la Ciuden antes que mecenas cultural, tiene el compromiso ineludible de esforzarse en ser un destacado actor energético, que para eso se fundó.
Escuchamos a toda una secretaria de Estado diciendo: La cultura es una de las piezas de la Transición Justa. Le secunda la Directora del Instituto de Transición Justa: El empleo también se crea generando tejido cultural. Y remata Terrón con: La palanca cultural debe ser un elemento que genere actividad económica en los municipios de la Transición Justa. Añadiendo: Aunque a veces no se entiende.
Claro que no se entiende. Lo único que se entiende es que eso de la Transición Justa es una engañifa que no resiste un debate serio, y que ante la nada de su incompetencia buscan una coartada a modo de placebo y tiran de la cultura como podían haber tirado de un carro de bueyes. Mal camino el de Ciuden, se lo están poniendo a huevo al PP para liquidarla; lo único que es seguro es que hoy están más próximos al Show Business que a la energía como actividad temática fundacional.