El Bierzo pierde el 60% de viticultores y la cuarta parte de viñedo en la última década
Campañas como la desarrollada por el Consejo Comarcal no han logrado incrementar la superficie dedicada al cultivo de la vid.
La repercusión alcanzada por los vinos del Bierzo podría hacer pensar en un sector vitivinícola en pleno auge y expansión, pero las cifras muestran una realidad bien distinta. En tan solo diez años, el número de viticultores registrados en la denominación de origen ha pasado de 2.634 en el año 2012, a los pocos más de un millar (1.078 en la recién finalizada campaña) del 2022: un 59,1% menos.
La superficie dedicada al cultivo de la vid tampoco ha mejorado pese a campañas como la desarrollada por el Consejo Comarcal del Bierzo a través de su banco de tierras. Si en 2012 eran 3.045 las hectáreas en explotación, ahora han pasado a ser 2.250, un 26% menos.
Si comparamos estas cifras con las del año 2000, el dato se vuelve, si cabe, más preocupante. En veintidós años el descenso en el número de viticultores es del 77% (había 4.815 ese año) y el número de hectáreas se ha reducido en un 41,6%: en el 2000 eran 3.853. Consecuencia de ello, además de la influencia de las cambiantes condiciones climatológicas, es la reducción en las producciones. Por primera vez en los últimos años, el Consejo Regulador no ha ofrecido cifras de producción de las variedades menos mediáticas como la doña blanca, la garnacha o la malvasía, que iban ido haciéndose un hueco tímidamente los últimos años entre las omnipresentes mencía y godello.