El Constitucional no admite el recurso de la jueza Pilar de Lara contra su suspensión
La magistrada que investigó varios casos de corrupción en Lugo, ahora destinada en Ponferrada, acudirá al TEDH.
El Tribunal Constitucional (TC) no ha admitido a trámite el recurso de la magistrada Pilar de Lara contra la sanción de siete meses y un día de suspensión que le impuso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en 2019, por dilaciones indebidas en las macrocausas que instruía en el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, lo que significó la pérdida de destino y el final de sus investigaciones sobre varias tramas de corrupción. En una providencia de dos líneas, ponencia del magistrado Enrique Arnaldo, el Tribunal Constitucional inadmite el recurso de la magistrada con el único argumento de que el recurso carece de «trascendencia constitucional».
Pilar de Lara (Cartagena, 1971) se incorporó a finales de 2020 al juzgado número 8 de Ponferrada, una vez cumplida la sanción que le impuso el Consejo General del Poder Judicial por “dilaciones indebidas” en el ejercicio de sus funciones en los juzgados de Lugo, donde fue la responsable de macrocasos como el Pokémon, Cóndor, Garañón, Carioca y Pulpo, entre otros, relacionados con la corrupción.
El abogado de Pilar de Lara, Agustín Azparren, exmagistrado y exvocal del CGPJ, ha confirmado en declaraciones al diario digital Público que presentará una demanda en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). El letrado lamenta que los magistrados del TC no tengan que dar explicaciones cuando no admiten un recurso de amparo y destaca que este caso es «extraordinario». «No es baladí que Pilar investigara lo que estaba investigando, con alcaldes imputados y tramas de prostitución impunes.. Era una jueza incómoda para los poderes establecidos», detalla
Su letrado destaca como ejemplo de la indefensión que sufrió su cliente que no se admitiera como prueba la declaración de los inspectores del CGPJ, que primero avalaron la actividad profesional de Pilar de Lara, «destacaban su gran dedicación», dice Azparren, y después, «sin saber por qué», cambiaron de opinión y la culparon de desatención generalizada y dilaciones indebidas.