[LA OVEJA NEGRA] La técnica de la infamia en el plenario municipal de Ponferrada
GERMÁN VALCÁRCEL | Hacía muchos meses -desde el inicio de la peste covídica- que ni asistía ni veía los plenos del ayuntamiento de Ponferrada. Este viernes último he vuelto a cometer la estupidez de perder el tiempo viéndolo, mediante el canal de YouTube. El motivo de ese desinterés es la involución que sufrimos en esta ciudad, donde la libertad de pensamiento, incluso la de expresión, es poco estimada, no ya por la mediocre clase política que tiene tomadas las instituciones, sino también por una ciudadanía indigna de tal nombre, envenenada por la basura difundida por los medios de comunicación, las redes sociales y los responsables de comunicación de partidos políticos e instituciones.
Dos años y medio después, lo más llamativo, para mí, ha sido observar la manera de dirigir el pleno del alcalde ponferradino que, durante todo este tiempo, ha adquirido la mineral solidez de un cacique. La palabra del cacique no es verdadera ni falsa, sino eficaz. De ahí su descaro, pero también su enorme y granítico sosiego. Don Olegario Ramón se ha situado más allá de la verdad y la mentira, produce mentiras eficaces que devienen en poder, obediencia y sumisión. Esto puede ser así porque ya tienen, él y su partido, al margen de cualquier verdad, poder social efectivo y capacidad de generar obediencia y sumisión. Estar en el poder significa reinar sobre el sentido común.
El resto de participantes en el pleno ofrecieron la misma mediocridad de siempre, las mismas mentiras y medias verdades, la misma sordera y ceguera sectaria que les tiene afectados los mecanismos de aprehensión de la realidad y, consiguientemente, la capacidad de analizarla; en definitiva, no ofrecieron ninguna propuesta que, realmente, vaya a mejorar la vida de los ciudadanos. Solo testarazos al más puro estilo de la España negra.
Destacar, por ser los actuales responsables de la toma de decisiones, la soberbia y cobardía -todo junto- que se gastan las y los portavoces del PSOE, Podemos y Coalición por el Bierzo, este último cada vez más parecido, en las formas y el fondo, incluso en el tono, a su antecesor en la portavocía de su grupo, el presunto maltratador. De la concejala podemita solo resaltar su pusilanimidad a la hora de explicar su voto a una RPT carente de plan de igualdad. El trato que dispensa a la portavoz de Ciudadanos, aunque sea de la oposición, también retrata su feminismo y su sororidad. Una demostración más de que el poder cambia de sexo, pero no la forma de ejercerlo. De su hipócrita voto en contra de la central de calor, hablaremos otro día en profundidad, hay muchos actores implicados y es necesario confirmar ciertas “informaciones”, sobre todo cuando el PSOE y sus apéndices “sociales” se encuentran implicados en todo el proceso.
También el tercer miembro del tripartito dejo su huella en el pleno. El concejal de policía y personal, señor Cartón, nos ofreció un lance que explica cuáles son las motivaciones políticas reales de esta gente; sin ninguna cautela, retó a la oposición a que se atrevieran a votar en contra de la RPT, el argumento que utilizó dejó claro cuáles son las razones a la hora de tomar las decisiones. Instó a los críticos a tumbar la susodicha RPT; de hacerlo, les amenazó, se iban a encontrar, dentro de unos meses, con el castigo de los funcionarios y sus familias en las urnas. De ser cierto lo que afirmó el señor concejal, estamos hablando de los votos suficientes para obtener o perder, al menos, dos concejales, los suficientes para decidir el gobierno municipal. Ya no se cortan, saben que estamos vencidos, humillados, desmovilizados y entregados a la servidumbre voluntaria, y gobiernan en función de “sus necesidades”. No se debate, ni se tienen en cuenta las de los ciudadanos. ¿Es necesario aumentar la plantilla municipal en una ciudad que ha perdido, en una década, más del 10% de su población y, si se confirman las extrapolaciones del INE (Instituto Nacional de Estadística), habrá perdido otro 15% en la próxima década? Si quieren tener la fotografía completa de por qué la nómina municipal ha pasado de dieciocho a veintitrés millones de euros no deben olvidar que, como bien se encargó de recordar el propio alcalde, tanto él como el concejal de personal son dos ex liberados sindicales del sindicato corporativo de los funcionarios.
Cuando un gobernante practica el clientelismo con ambición y osadía, utilizando en beneficio propio los recursos públicos que gestiona, cierran a la oposición el acceso al poder y se garantiza así la reelección. El clientelismo es un mal -endémico en el Bierzo- que pervierte la democracia desde dentro, y el más eficaz humus para destruirla.
¿Es necesario aumentar la plantilla municipal en una ciudad que ha perdido, en una década, más del 10% de su población?
La maquinaria del clientelismo se apoya en la regla de que el poder tiene que conservarse en manos amigas (no necesariamente del mismo partido) para poder servirse de él, para ello necesita de la complicidad de individuos que colaboren en sus maniobras, y así poder participar en todos sus enjuagues y, aunque los cómplices del poder no son muchos -el pleno, también, sirvió para observar el papel que juegan algunos altos funcionarios municipales- cada uno de ellos cuenta con la complicidad de otros muchos, con los que establecen la misma relación clientelar. El número se eleva porque cada cómplice se procura sus propios cómplices, construyendo de esta forma la pirámide del clientelismo, todos ellos unidos por la codicia, por los privilegios.
Lo más grave del clientelismo es que opera como un cáncer haciendo metástasis en la sociedad, desde la legalidad, ya que la mayoría de sus desmanes no suelen estar tipificados como delito. El clientelismo es una práctica antidemocrática, que impide que la toma de decisiones electorales se manifieste a través de la reflexión consciente y libre de la ciudadanía. Todas las energías del sistema se ponen al servicio no de la alternancia ni de la renovación, sino de la conservación del poder en las mismas manos. La democracia queda así suplantada por una oligarquía política y funcionarial corrupta e indecente.
En esta esquina del mundo nuestros gobernantes más cercanos, como si nada pasara, siguen a lo suyo, con la misma política que ha caracterizado las últimas décadas, poseídos por una lógica cateta de beneficios políticos fáciles a corto plazo, encerrados física, política y mentalmente en la hoya que conforma nuestra geografía, y dispuestos a todo con tal de perpetuarse en el poder, a costa de lo que sea. Inculcando, para ello, la inutilidad de todo proyecto social que vaya más allá de la gestión del utilitarismo -un repaso por las actividades, de los movimientos sociales de la comarca les ayudará a entender mi afirmación- mediante la evidente instalación en la doble verdad a partir de la coartada del bien común y la finalidad real de buscar su consolidación como profesionales del poder. Estamos hablando de personas con un alfabeto moral basado en la falsificación de valores y empeñados en reducir la gestión política a abstracciones que castran nuestras vidas y matan, finalmente, cualquier posible intento de conseguir una riqueza democrática, es decir, solidaria.
Escarbando en las intervenciones, opiniones y manifestaciones vertidas en el último pleno municipal, hallamos toda la basura que emponzoña la vida política y social berciana. No en vano los políticos de este rincón del mundo son desesperantemente necios, hay que reconocerlo. Son políticos de cabeza y lengua calientes. La calentura les sigue despegando la lengua del paladar y su salmodia se convierte en una esperpéntica retahíla de estupideces. Son personajes que han convertido estas sesiones plenarias en una cloaca, donde se refocilan después de cada jugarreta. Y el ejercicio de la acción política lo transforman en una sucesión de marrullerías, traiciones, insuficiencias y mediocridad recelosa.
El desarrollo del pleno y las intervenciones de los distintos portavoces se pueden resumir en dos frases del poeta americano -infectado de fascismo y declarado loco por los psiquiatras del ejército de su país pasó donde años en un manicomio- Ezra Pound: «La técnica de la infamia consiste en inventar dos mentiras y conseguir que el pueblo discuta cuál de ellas es verdad” y “Gobernar es el arte de crear problemas con cuya solución mantener a la población en vilo”. A pesar de su locura y su fascismo, o tal vez por ello, Pound sabía describir, perfectamente, los mecanismos del poder.