[TRIBUNA] Los linderos provinciales de El Bierzo
JAVIER LAGO MESTRE | Seguimos celebrando el 200 aniversario de la provincia de Villafranca para analizar el tema de la territorialidad. Los debates políticos en las Cortes españolas, a fines del 1821, estudiaron la dimensión de las nuevas provincias. La de Villafranca era de las más pequeñas con Xátiva y Calatatud. De ahí que se propusiese aumentar el territorio de la provincia berciana con zonas vecinas.
La provincia de Villafranca estaba asentada en la cuenca del río Sil. Este amplio territorio hídrico sería la referencia. De ahí que se pensase en la expansión con el valle del río Cabrera que ya había formado pare de la provincia de El Bierzo de 1486. También se anexionó Valdeorras, delimitado por las serras do Eixe y A Enciña da Lastra. Recordemos que la parte norte de Valdeorras, el llamado marquesado, formó parte de la merindad berciana de Aguiar. Siguiendo los criterios hidrológicos, también se incluyeron en la nueva provincia berciana las zonas vecinas de Visuña (Lugo), Manjarín y La Silva.
En los debates políticos sobre la territorialidad berciana hubo otras ideas curiosas. Así el diputado Antonio Valcarce propuso la anexión de las comarcas gallegas de Quiroga, Trives y O Bolo en la nueva provincia. Por su parte, el sr. Peñafiel se refirió a la agregación de los valles Valdeorras, Conso, O Bolo y Viana do Bolo (octubre de 1821).
Como era de esperar, los diputados leoneses defendieron mantener Laciana en su provincia, por ello, el sr. Sierra y Pambley alegó que si bien no les es muy fácil bajar a la capital de León, les es absolutamente imposible ir a la de la nueva provincia del Vierzo. De ahí que el diputado Benito Lobato se manifestase incluso a favor de disgregar El Bierzo, era partidario de dejar para Orense una parte del Bierzo con tal de mantener la mayor porción con León (octubre de 1821). Primero se determinó el límite provincial en la localidad de Villarino (incluyendo los ayuntamientos de Palacios y Páramo en El Bierzo, por Decreto de enero de 1822). Habrá que esperar a un acuerdo de las diputaciones liberales vecinas, para concretar la integración de Laciana, hasta el santuario de Carrasconte, en la nueva provincia de Villafranca (agosto de 1822).
Interesante resultó el debate politico que tuvo lugar en Valdeorras. Siete ayuntamientos elaboraron un informe sobre la problemática territorial que planteaba la formación de la nueva provincia berciana. Estos concejos gallegos denunciaron la división territorial de Valdeorras, que mutila el partido de Valdeorras, desmembra las comarcas de siete ayuntamientos. Incluso se quejan de la nueva situación para O Bolo, los habitantes del Bollo que quedan en Orense tendrán que ser agregados a una capital lejana y repugnante (septiembre de 1821).
Continuando con el tema de la territorialidad, aprovechamos la ocasión para recordar que la provincia berciana, creada en 1486 por los llamados Reyes Católicos, ya había establecido unos peculiares límites. Los censos fiscales de la Edad Moderna recogen la jurisdicción de Lucillo, en La Somoza maragata, como integrada en nuestra provincia. Otro tanto acontecía con La Cabrera, alta y baja, perteneciente al marquesado de Villafranca. Mientras que las dos jurisdicciones de Ribas del Sil quedaban fuera, integrados en el condado de Luna.
En la Edad Moderna, el corregidor de Ponferrada intervino en el exterior de su provincia berciana, por mandato de los reyes. Tenemos documentadas sus actuaciones en Laciana, para ejecutar la justicia real ante los abusos de los condes de Luna (siglo XVI). Los corregidores bercianos también actuaron en los casos de fallecimientos de los obispos de Astorga, por mor de los llamados despojos. Como autoridad real más cercana, algunos corregidores acudieron al reino de Galicia (alcabalas en Valdeorras, monasterio de Samos contra su obispado, marqués de Astorga en Chantada, elecciones en Cervantes, repartimientos por puentes en A Coruña, etc).
Sorprendente fue la demanda del concejo lucense de Burón de integrarse en el corregimiento real de Ponferrada. Hubo un pleito entre este concejo y sus señores por mor de sus abusos feudales. Los vasallos solicitaron que nos aplique a la noble villa de Ponferrada que tierra d´Ancares ques de Ponferrada confina con tierra de Nabia e tierra de Nabia con la de Burón. E que suplicamos por más ciertos de la nuestra Corona real nos faga merced de nos a quien nos desfuelle las caras (1526). Los vasallos buscan amparo de la justicia real en base a la proximidad del corregidor de Ponferrada.
No podemos rematar sin comentar algo sobre las divisiones administrativas posteriores a la creación de la provincia leonesa en 1833. El ministro Pascual Madoz propuso la recuperación de la provincia berciana con las zonas de Valdeorras, A Veiga, O Bolo y las localidades zamoranas de Porto, Cobos, Pias y Vilanova (1850). También existió el partido administrativo de Ponferrada, que fue objeto del debate político centralista en Cortes (1856), pierden tiempo e intereses cuando tienen que gestionar en la capital de la provincia (León), lo que con tanta facilidad han hecho a la cabeza de partido (Ponferrada). Sorprendente fue la iniciativa territorial del geógrafo, Lucas Mallada en 1881, pues proponía una amplia provincia berciana que comprendía comarcas gallegas (Quiroga, Verín, O Bolo, etc), leonesas (Laciana, Omaña, Somoza, etc) y zamoranas (Sanabria y Aliste).