Para Aire Limpio, así como para Ecologistas en Acción, que también ha presentado recurso contra dicha orden, una vez más la Junta de Castilla y León ha tramitado la autorización «como cosa menor, cuando el Reglamento de Emisiones Industriales establece claramente que se trata de una modificación sustancial». «Quemar 110.000 toneladas anuales de residuos altamente contaminantes en el corazón del Bierzo es un atentado a la salud de la población. La petición de Cosmos debe ser tramitada como modificación sustancial, con información pública y declaración de impacto ambiental y todos los demás requisitos ante una licencia que altera sustancialmente los umbrales tóxicos ya permitidos a Cosmos», aseguró.
Lodos, yeso, plástico y disolventes
«Según la orden firmada por Suárez-Quiñones, Cosmos puede quemar en Toral de los Vados, además de coque de petróleo, gasóleo, carbón y biomasa forestal, cascarilla de acero, lodos, restos de refractario, escombros de construcción, yeso térmico, cenizas volantes de carbón, plástico y caucho, lodos de orujillo, residuos con disolventes, y combustible derivado de residuos; 110.000 toneladas anuales de combustibles tóxicos, potencialmente cancerígenos. Es un atentado ecológico gravísimo, ante el que lo sociedad berciana debe movilizarse», afirmó.
Además de impugnar esta Orden, Bierzo Aire Limpio mantiene abiertos sus contenciosos contra la orden anterior (FYM/1252/2021) que daba a Cosmos permiso para quemar orujillo de aceituna; así como contra la quema de neumáticos, recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, «cuyo permiso fue tramitado «a espaldas de la participación ciudadana, sin tener en cuenta las 12.000 firmas y los cientos de alegaciones presentadas, ni la opinión del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos del Bierzo o de las denominaciones y marcas de garantía de la cereza, la castaña, el botillo, el pimiento asado, la pera conferencia y la manzana reineta, o las recomendaciones del Procurador del Común».
«La incineración de 110.000 toneladas anuales de neumáticos troceados, orujillo de aceituna y residuos pone en peligro los vinos y los productos de la huerta berciana en los mercados internacionales, en el momento más delicado y sensible, y compromete el futuro del Bierzo. Es un claro desprecio de Suárez-Quiñones al Bierzo», concluyó el colectivo ecologista.