[EL PROTECTORADO] Una desgracia llamada Endesa
AL RAISULI |En los próximos días se va a cometer un crimen. Suena fuerte la palabra pero es la más ajustada que ofrece el DRAE para tamaña acción. El criminal, porque así y solo así se llama quien lo comete, es Endesa. No es un crimen florentino sofisticado propio de las páginas económicas sepia y los telediarios como cabría esperar de tan principal ejecutor, sino una puñalada trapera con cuchillo cachicuerno merecedora de figurar en los anales de esa España negra, ignorante y pasiva que aún rebuzna y consiente placida estos desmanes.
En los próximos días Endesa va a volar las torres de refrigeración de la Central de Compostilla II y posteriormente las descomunales chimeneas. Edificaciones cuyo valor excede al de sus geniales diseños hiperboloides y troncocónicos para entrar de lleno en los sentimientos, las emociones y la cultura del pueblo berciano. Con tales voladuras de Compostilla II se va a entretener unos 15 segundos a los televidentes y amputar a perpetuidad la memoria colectiva en un referente fundamental.
He librado muchas batallas con desigual suerte por la defensa de nuestro patrimonio cultural, unas con mayor y otras con menor protagonismo: Ermita de San Juanín de Carucedo, Sinagoga Judía de la Bóveda, Central Térmica de M.S.P, Fabrica de Ovoides de Cortés, Instalaciones, trazado y material del Ponfeblino, Mantenimiento de La Placa, Conservación del Lavadero de la Recuelga…
Unos acabaron por los pelos al borde del precipicio que se lo quería comer (SAN JUANIN); los enterraron bajo los escombros (FABRICA OVOIDES); los redujeron a la mínima expresión (FERROCARRIL de LA MINERO); los derribaron impunemente (SINAGOGA JUDÍA), o dormitan en su deterioro amenazado (LA RECUELGA Y LA PLACA); y otro felizmente ha tenido una segunda y esplendida oportunidad (CENTRAL TERMICA M.S.P)
Ninguno de ellos, independiente de su valor arquitectónico, cultural o sentimental tiene la enjundia, dimensión y posibilidades de futuro que hubiera tenido COMPOSTILLA II. Y digo tendría porque no albergo ninguna esperanza que este crimen se vaya a paralizar y revertir. No se va a tirar Compostilla II porque sea un muerto, no lo es, se va a tirar porque es un negocio de 100 millones de Euros.
Un negocio que se tambaleaba y había que consolidar aún a costa de la posibilidad de crear miles de puestos de trabajo para los bercianos. Este no es el asunto de unos bienes con costes de mantenimiento imposibles de sufragar, es lisa y llanamente un asunto más pedestre, un asunto de chatarra mondo y lirondo. Un asunto que entró en fase de pánico cuando un proyecto conservacionista de regeneración arquitectónico industrial lo puso en jaque.
Claro que se podía haber salvado Compostilla II en gran parte, con sus torres de refrigeración y chimeneas, así como el entramado urbanístico de los grupos 4 y 5. Y si se optó por no hacerlo es porque otros intereses más voraces lo impidieron. Lo impidieron enredando con el Plan Futur-e, hasta desnaturalizarlo y dejar expedita la cucaña de la chatarrería sistemática.
Un proyecto diseñado por un equipo encabezado por uno de los mejores arquitectos del mundo, posiblemente el más conocido y reputado, hubiera evitado esa chatarrería infame. No son invenciones, esto estaba en marcha y se puede demostrar, pero ganaron los chatarreros. Ahí lo dejo por si alguna autoridad ejecutiva, legislativa o judicial se siente concernida y quiere saber exactamente qué pasó. Mientas tanto el escenario del crimen está presto a la consumación.