[LA PIMPINELA ESCARLATA] Olegario y la Pavlova
EDUARDO FERNÁNDEZ | No sé qué les ha dado a los de la conjunción podemito-socialista con las Domingas. No me sean malévolos y reparen que lo he escrito con mayúscula, como nombre propio y no como reclamo mamífero. El alcalde de Ponferrada nos anuncia a través de las redes sociales, como es costumbre para las cuestiones de extraordinaria relevancia, literalmente y cito, que se ha “echado una novieta”, lo que puede no ser del todo respetuoso para la señora en cuestión, que se llama Dominga. Y ya hace unos años ese genio de la política líquida que es Echenique se hizo mundialmente famoso como jotero, con la lírica tonada “Chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia”. Naturalmente si lo hubiera dicho otro menos concienciado con la lucha feminista se tomaría semejante incursión en el canto popular de Echenique como manifestación del heteropatriarcado musical, como sumisión a la heteronormatividad del sexo oral y, en los términos que hemos visto esta semana en el debate parlamentario, como una incitación a la cultura de la violación para el Ministerio de Igualdad. Pero en esto de que te chupe la minga Dominga o cualquier otra (u otro u otre) viene a pasar como con lo de maricón, que dicho entre socialistas es apelativo afectuoso y cariñoso de ministra a ministro y dicho por adversario es sin duda delito de odio penado con prisión permanente revisable. A mí me parece igualmente reprobable que cantes para que te la chupen si viene de un adalid feminista o de un cavernario fascistoide, porque si lo llegan a cantar los de un colegio mayor a las de otro colegio mayor los condenan a galeras, pero si lo canta Echenique es una gracieta y ya.
El caso es que, por confesión propia, el alcalde reconoce la imposibilidad de seguir a una señora de 93 años. Por un lado, no me extraña, porque están hechas de otra pasta y yo le deseo a la señora capacidad de baile por muchos años más, con alcalde o sin alcalde. Y por otro, no pensarían ustedes que el alcalde iba a tener más brío en la cosa bailable que en la cosa gobernable, que se toma con bastante peor humor.
Cuando se lo permite el trabajo ingenieril de evaluar la seguridad estructural de las chimeneas de Compostilla, en lo que es autoridad planetaria reconocida, lo del alcalde son los magostos, que emiten humo como para que los declare zona de bajas emisiones a la carrera. Una de estas van a tener que declarar en el entorno de la casa consistorial de Cacabelos, donde los humos son todos malos malísimos, y lo que falta por venir. Es lo que pasa cuando el único pegamento que une a los juramentados para gobernar es el carguito y que no gobierne el que sacó más votos. Y eso, más que un baile, es un aquelarre y termina de la peor forma posible, que es con espectáculo deleznable para los ciudadanos y sin nadie que se preocupe por solucionar sus problemas. Tal jaleo en Ponferrada no pasa porque el baile hace mucho por templar el ánimo y distraer del tedio municipal. Así que, por prescripción del equipo de gobierno, en cada magosto, un bailecito, aunque, eso sí, no pongan nonagenarias en todos, que me acaban con el alcalde.
Dejó escrito el filósofo alemán Nietzsche que se deberían considerar perdidos los días en los que no se haya bailado al menos una vez, y seguramente al escribir eso y su teoría del superhombre pensaba ya en Olegario. La famosa bailarina Anna Pavlova dijo que un bailarín baila porque su sangre baila en sus venas; y los de la oposición pensando que Olegario es un sinsangre se equivocan, que a la vista está, aunque sea más de plié y pirouette de ballet clásico que de bachata. Y entre baile y salto pasa el mandato y pasan los plenos, pero los baches permanecen, que es una alegoría del olegarismo. Unos pensando que si Olegario es Churchill, otros que si es Sánchez, a ver si va a resultar que Olegario es la Pavlova.
En el magosto de la Pajariel AV. Mucha gente. Me he echado una novieta y hemos bailado una bachata. Se llama Dominga y tiene 93 años. No le sigo el ritmo!!! pic.twitter.com/Hj0zXNQ5Um
— Olegario Ramón Fernández (@OlegarioRamon) November 26, 2022