[PAJARITOS Y PAJARRACOS] Puta envidia
XAN DAS VERDADES | Resulta que un digital, rojo por más señas, dice que un paisano nuestro ha conseguido un hat-trick insólito cual es estar imputado en Gürtel, Púnica y Enredadera al mismo tiempo. Aunque tal vez ese no sea su tope, ya que en cualquier momento puede sorprendernos con un póquer, e incluso con una manita no incorrupta como la de Santa Teresa.
Esta hazaña tiene un gran potencial para todos los ponferradinos si sabemos sacarle partido. Y no me refiero a inscribir la proeza en el libro Guinness de los récords, que es anécdota de gloria efímera, ni a usar su repetitiva contumacia como línea argumental de un Parque Temático de la Corrupción Patria. Lo que sugiero es convertir al concernido en todo un referente señero de nuestro pueblo.
Se trata de copiar lo que en otros sitios ha funcionado, sin meterse en costosas inversiones. Simplemente confiando en que él mismo sea quien acreciente su leyenda con más episodios imputacionales. Lo demás es pan comido: fusionar su imagen con la de la ciudad y a disfrutar todos de la notoriedad que nos proporciona.
Puede parecer fuerte pero no es nada descabellado, decenas de poblaciones se benefician de la fama de sus convecinos más preclaros, identificándose unidas a ellos. Recurrente es pensar en la Dolores si pasas por Calatayud y en Dulcinea si te acercas al Toboso, al igual que serán de obligado recuerdo los hermanos Izquierdo si te da la improbable ventolera de recalar en Puerto Hurraco.
Personas que se unen a pueblos y ciudades en una simbiosis indisoluble, esa es la clave. De poco o nada nos sirve que hijos de esta tierra hayan realizado gestas reseñables si nadie los relaciona con sus topónimos oriundos. Etheria viajó a la cuna de la paleo cristiandad y nadie nos pregunta por ella; Mendaña buscó la Terra Australis Incógnita sin que hoy turista alguno sepa que pisa su tierra; Zorita traspasó la barrera del sonido y ni siquiera los taxistas de Madrid, los que mejor lo conocen, saben cuál es su pueblo. En definitiva, aventuras tan memorables como baldías sin la menor repercusión en la difusión de nuestro pueblo.
Ahora nos pintan calva la oportunidad de corregir nuestra sequía de paisanos con gancho, al asistir atónitos a la incesante revelación del campeón de causas acumuladas. Aunque tal profusión es praxis recurrente en los raterillos pandilleros e impropio de los pájaros de cuello blanco, estamos ante una excepción que refuerza la singularidad del logro y lo pone a la altura de los grandes. Vayamos pues a saber de qué hablamos con algunos ejemplos emblemáticos.
No hay otra figura más representativa del Chicago de siempre que la del gánster Al Capone; ni un personaje que mejor se identifique con Mallorca que el pirata Juan March; tampoco hay nadie más madrileño que el bandolero Luis Candelas. Con tales precedentes creo que sobran los remilgos, y si nos toca apencar con un presunto de altos vuelos habrá que encajarlo, aceptarlo buenamente, y tratar de sacar a esa adversidad alguna ventaja.
Quién nos puede asegurar que, en tiempos venideros, los forasteros que pasen por el antiguo puente de hierro sabrán que el pueblo del que toma nombre fue el lugar donde comenzó a forjarse la leyenda del más grande corruptor conocido. Esa sí que sería una vitola excepcional a la altura de los mencionados; de ahí para abajo, todo lo demás sería pura ratonería.
Y puestos a fomentar la nutrida aureola malota del susodicho, la corporación de Ponferrada puede ser determinante si acude a la fiscalía anticorrupción con el expediente de décadas de inexplicables milagros del paisano concernido. No nos equivoquemos, si no colocamos a nuestro paisano en el exclusivo Olimpo Canalla no es por su falta de méritos sino por nuestra puta envidia.