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[LA OVEJA NEGRA] ¿Qué hay de lo mío?

GERMÁN VALCÁRCEL | Aunque estamos en una situación económica en la que tan posible es que nos den peladillas a manta como que nos llenen la cara de leches, los nuevos representantes municipales no parecen estar dispuestas a renunciar a los placeres y derechos que las leyes del embudo democrático les han concedido.

[LA OVEJA NEGRA] La tormenta

GERMÁN VALCÁRCEL | Las columnas de opinión no son información (aunque a veces pueden serlo), tal vez la expresión deformada de una ‘realidad’.

[LA OVEJA NEGRA] Parábola de la gatera

GERMÁN VALCÁRCEL | Ayer sábado, día 15 de junio, se han constituido las corporaciones municipales en prácticamente todo el Estado español, también en la capital berciana, donde después de veinticuatro años vuelve a situarse al frente del Consistorio un miembro del PSOE, un partido cuya insolvencia política, ética e intelectual, sobradamente conocida y constatada, hace que mantengamos serias reservas sobre lo que en el futuro nos puede deparar.

[LA OVEJA NEGRA] Voceros de la necedad

GERMÁN VALCÁRCEL | Sostenía el semiólogo y escritor italiano Umberto Eco que “el drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”, “las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad”.

[LA OVEJA NEGRA] Mal empiezan

GERMÁN VALCÁRCEL | El polvo que levantan las trifulcas políticas impide debatir, en su justa medida, la trascendencia de los hechos que las generan: los cinco municipios más poblados del Bierzo (el 70% de la población) pueden estar gobernados por el centro izquierda, aunque dos de ellos, Fabero y Camponaraya, con regidores con serias y preocupantes lagunas éticas en su forma de ejercer la acción política.

[LA OVEJA NEGRA] Una mirada lejana

GERMÁN VALCÁRCEL | Observada desde la lejanía, la campaña electoral que está teniendo lugar en Ponferrada confirma que la actividad política, en el Bierzo, y todo lo que en torno a ella se mueve (periodistas, intelectualillos subvencionables, culturetas de medio pelo, escaladores sociales y demás clientes dependientes del negocio de la representación institucional), tiene un carácter circense: Enanismo moral, trapecistas del cargo público, manipuladores de humo, serpientes mitineras, magos del sobresueldo, malabaristas de la mentira, viles payasos sin alma, lanzadores de cuchillos envenenados, volatineros del eslogan insustancial, domadores de esperanzas y artistas del chanchullo a todo trapo.