GERMÁN VALCÁRCEL | Después de escuchar, acompañado por cerca de doscientas personas, el pasado día 5 de septiembre, en la capital de la periférica, en todos los sentidos, comarca del Bierzo, a dos de los más influyentes y respetados científicos –Antonio Turiel y Antonio Aretxabala– en el debate que se está dando sobre la crisis energética y de escasez de materiales, servidor sacó la conclusión de que el decrecentismo no es una doctrina de salvación derivada de una profecía apocalíptica, es simplemente la consecuencia de un diagnóstico científico descarnado de la situación actual que no puede ofrecer salvación, solo algunas orientaciones para una lucha de largo aliento que implicará tanto enfrentamientos directos y estrategias de contrapoder como procesos sociales de desconexión o huidas masivas de los modelos de conducta dominantes.