GERMÁN VALCÁRCEL | Me producen profundo rechazo, y aburrimiento, casi todas las noticias y debates relacionados con la actual situación política y social, en particular aquellos cuya línea argumentativa (la práctica totalidad de lo que escucho, veo o leo, ya sea en medios convencionales, internet o redes sociales) asume, de forma acrítica, la narrativa de las élites dirigentes, ya sean políticos, empresarios, líderes sociales, intelectuales, periodistas y todólogos, pues a pesar del brutal desmentido que la realidad hace de sus continuas falacias, la mayoría de la gente continua remasticando esa narrativa para besugos, ese «serrín, masticado además previamente por miles de bocas» del que Franz Kafka nos habló en Carta al padre.