JUAN CARLOS SUÑÉN | No comparten nada el Procés y la autonomía leonesa, está claro, tanto que se puede tachar de ignorante a cualquiera que lo insinúe sin incurrir más que en una falta de tacto, pero ambas situaciones conllevan un riesgo de paralización o arrumbamiento de las actuaciones públicas más urgentes y delicadas, un deslizamiento de lo ideológico a lo sentimental, de la reivindicación a la afirmación, un desigual intercambio de paz social por cohesión patriótica que no tiene el mismo alcance en un caso que en otro, pero que en ambos obliga a una demora del objetivo realmente valioso.