[PÍLDORAS CONFINADAS] Un limón al año en el tiesto de Amancio
Un noble ricachón inglés legó a su muerte a la hacienda pública un limón con un mensaje en el que se podía leer: “Ahora exprime esto”.
Un noble ricachón inglés legó a su muerte a la hacienda pública un limón con un mensaje en el que se podía leer: “Ahora exprime esto”.
Ayer fue 14 de marzo, un buen día para recordar Delenda est cuarentena, el grito que repetimos sin cesar durante aquella atrocidad ilegal, absurda y sin base científica alguna conocida como confinamiento.
Apostaríamos a que Iván Redondo, el asesor áulico del presidente Sánchez, ha aprendido mucho del oficio del cínico y manipulador Roger Ailes, el estratega por antonomasia de los republicanos estadounidenses.
Seguramente conocerán el caso de aquel conserje de la Sindical que se hacía pasar por director para ligar.
El humor, cuanto más irreverente e iconoclasta mejor, es casi lo único que nos puede ayudar en estos tiempos que harían las delicias de aquel Cristobalito Gazmoño creado por Tony Leblanc.
Un médico pregunta al paciente por la frecuencia de sus relaciones sexuales y este le responde que practica «lo normal».
Un oyente de una emisora sevillana pidió en la sección de discos dedicados que le pusieran Zobra el griego.
Nos lo dejó escrito el cantor antes de irse, en la letra de ‘Al alba’, el himno contra los fusilamientos del franquismo que llegó cuando Aute no lo esperaba: “Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga”.
Menos mal que amicus certus in re incerta cernitur, es lo único que nos consuela en estos tiempos tan moñas y sensibleros que estamos viviendo.